6.2.7 Una tempestad con fuego y sin viento

 

6.2.7 Una tempestad con fuego y sin viento  

La tempestad comienza con esta introducción:
«A tempestuous noise of thunder and lighting heard. Enter a Shipmaster and a Boatswain» 
«Se oye un ruido tempestuoso de truenos y rayos. Entran el capitán y el contramaestre»

A continuación se escuchan los diálogos de tripulantes y pasajeros que viajan en una embarcación que combate contra los elementos. Si buscamos menciones al viento no las encontraremos, esta tempestad no contempla viento alguno.

En la segunda escena encontramos estas palabras de Miranda:

But the sea, mounting to the welkin’s cheek,
dashes the fire out. O, I have suffered
with those that I saw suffer (1, 2, 4-6)
.
Y que el mar se elevaba hasta el cielo
para apagar su fuego. ¡Cuánto he sufrido 
con los que he visto sufrir!
.
Si bien en la primera escena no hay ninguna mención al viento, en esta segunda empezamos a descubrir que el fuego sí estaba presente en el evento.

Es ahora Ariel, el espíritu aéreo al servicio de Próspero, quien nos informa al respecto:

ARIEL
All hail, great master! grave sir, hail! I come
to answer thy best pleasure; be’t to fly,
to swim, to dive into the fire, to ride
on the curl’d clouds, to thy strong bidding task
Ariel and all his quality.
PROSPERO
Hast thou, spirit,
perform’d to point the tempest that I bade thee? 
ARIEL
To every article.
I boarded the king’s ship; now on the beak,
now in the waist, the deck, in every cabin,
I flamed amazement: sometime I’ld divide,
and burn in many places; on the topmast,
the yards and bowsprit, would I flame distinctly,
then meet and join. Jove’s lightnings, the precursors
o’ the dreadful thunder-claps, more momentary
and sight-outrunning were not; the fire and cracks
of sulphurous roaring the most mighty Neptune
seem to besiege and make his bold waves tremble,
yea, his dread trident shake.
PROSPERO
Who was so firm, so constant, that this coil 29
would not infect his reason?
ARIEL
Not a soul
but felt a fever of the mad and play’d
some tricks of desperation. All but mariners
plunged in the foaming brine and quit the vessel,
then all afire with me: the king’s son, Ferdinand,
with hair up-staring,–then like reeds, not hair,–
was the first man that leap’d; cried, ‘Hell is empty
and all the devils are here. 
.
.
ARIEL
¡Salve, mi gran maestro! ¡Venerable señor, salve! 
Aquí me tenéis para obedeceros, ya sea volar,
nadar, lanzarme al fuego, sobre nube ondulante cabalgar. 
Con tus poderosas órdenes
dirige a tu Ariel y sus poderes. 
PRÓSPERO
Espíritu, ¿ejecutaste la tempestad tal como te mandé? 
ARIEL
Punto por punto.
Abordé el navío real, ahora la proa, luego el puente y la popa,
en todos los camarotes puse llamas de espanto.
A veces me dividía, ardiendo en varios sitios a un tiempo:
en las vergas, el bauprés, el mastelero, ardía con fulgor
en todas partes para luego resurgir en un único fuego. El relámpago de Júpiter, 
precursor del fragor terrible de los truenos, nunca fue
tan raudo e instantáneo. Los fuegos y estallidos estruendosos del
azufre parecían asediar al poderoso Neptuno y estremecer sus intrépidas olas,
haciendo temblar hasta su fiero tridente. 
PRÓSPERO
¡Bravo espíritu mío!
¿Hubo alguien que impávido 
ante esta confusión 29  pudiera mantener la cordura? 
ARIEL
Ninguno dejó de sentir la fiebre de los locos, ni dejó de obrar enajenado. Con excepción de los marineros, todos se arrojaron al mar espumoso y abandonaron el barco que ardía con mi fuego. Fernando, el hijo del rey, con los pelos de punta (más juncos que pelos), fue el primero en lanzarse, gritando: «¡El infierno está vacío y aquí están todos sus demonios!»
.

Ariel informa a Próspero, que él,  en varias ocasiones, se encargó de repartir el fuego por la embarcación.

 Una lectura analítica de La Tempestad revela decenas de indicios que invitan a pensar que los acontecimientos que en ella se describen son sólo el envoltorio de un profundo discurso que nada tiene que ver con las vicisitudes de unos cortesanos que naufragan frente a una isla habitada por un mago y su hija.

 Además de los marineros, que sólo tienen una frase en la obra, son el capitán y el contramaestre los únicos miembros de la tripulación que entran en escena. Si bien el primero de ellos, sólo hace dos cortas apariciones, el contramaestre, con sus diez entradas, es el personaje central de esta corta escena que sólo ocupa sesenta y cinco líneas.

 A continuación se muestra un significativo pasaje que encontramos insertado en mitad de los diálogos entre tripulación y pasajeros:

BOATSWAIN
Down with the topmast! yare! lower, lower! Bring
her to try with main-course. 30
(A cry within)
«A plague 31 upon this howling! They are louder than
the weather 32 of our office» 33 (1, 1, 36-37)
.
.
CONTRAMAESTRE
¡Desarbolad el mastelero! ¡Rápido! ¡Más abajo, más abajo! Devolvedla a la corriente principal 30
(Se oye un grito dentro)
«¡Caiga la plaga 31 sobre este clamor! ¡Gritan más alto que la
erosión 32 de nuestro oficio 33
.

 Como hemos visto en el apartado dos, la plaga es un término que no sólo se refiere a la peste negra que asolaba Europa a finales del siglo XVI. Entre los escritos de los principales autores del momento descubrimos alusiones a una plaga que esconden una segunda acepción del término, la que es sinónimo de la brutal persecución ideológica que en aquel tiempo lideraba la jerarquía eclesiástica.

 Hasta que se descubrió en 1925 un informe legal en el que un forense certifica la muerte instantánea de Marlowe producida, en el fragor de una reyerta, por una puñalada en un ojo, la opinión generalizada era que su muerte se debía a la plaga (the plague). La mayoría de los analistas han asociado este término con la peste negra; las evidencias, sin embargo, apuntan a que estas alusiones a «la plaga» no se refieren a la primera acepción de la palabra.

 Por otro lado, el término «office» (oficio, trabajo, deber), cuando se cita en las obras firmadas por Marlowe o Shakespeare y se analiza en contexto, descubrimos que, casi invariablemente, estas citas esconden una segunda interpretación, la que relaciona «office» con el oficio eclesiástico o, dicho con otras palabras, las que asocian este término con la segunda acepción de «la plaga».

 Resulta sorprendente como, desde el principio de la obra, las intervenciones de los cortesanos Gonzalo, Sebastián y Antonio manifiestan una injustificada crueldad hacia el contramaestre. Todos ellos inciden repetidamente en que el contramaestre (the boatswain) no tiene que morir ahogado, sino ahorcado.

GONZALO
I have great comfort from this fellow: methinks he
hath no drowning mark upon him; his complexion is
perfect gallows. Stand fast, good Fate, to his
hanging: make the rope of his destiny our cable,
for our own doth little advantage. If he be not
born to be hanged, our case is miserable.            (1, 1, 28-33)
SEBASTIAN
A pox o’ your throat, you bawling, blasphemous,
incharitable dog!
ANTONIO
Hang, cur! hang, you whoreson, insolent noisemaker!
We are less afraid to be drowned than thou art.
GONZALO
I’ll warrant him for drowning; though the ship were
no stronger than a nutshell and as leaky as an
unstanched wench.                                              (1, 1, 40-49)          
….
ANTONIO
We are merely cheated of our lives by drunkards. 34
This wide-chapp’d rascal–would thou mightst lie drowning
the washing of ten tides!
GONZALO
He’ll be hang’d yet,
though every drop of water swear against it
and gape at widest to glut him.                         (1, 1, 57-63)
.
.
GONZALO
Mucho consuelo me da este tipo. 
Paréceme a mi que no tiene aspecto de ahogado,
sino cara de ahorcado. ¡Que la buena Fortuna haga que le ahorquen!
Haz que la horca de su destino pueda servirnos de cable, 
ya que la nuestra de poco sirve. Perdidos estamos
si éste no nació para la horca.
SEBASTIÁN
¡Caiga la peste sobre tu garganta, vociferante perro blasfemo y desalmado!
ANTONIO
¡Que te cuelguen, perro cabrón, escandaloso, insolente! Tenemos menos miedo que tú de ahogarnos. 
GONZALO
Seguro que no se ahoga no. Lo garantizo aunque el barco fuera una cáscara de nuez o hiciera aguas como una manceba incontinente.
ANTONIO
¡Y pensar que nos roban la vida estos borrachos! 34
¡Y tu bribón, bocazas, ojalá tardaras en ahogarte diez mareas seguidas!
GONZALO
Irá a la horca
aunque cada gota de agua lo desmienta 
y se abra el mar para tragárselo.
.
 Estos párrafos marcan el principio de la trama de La Tempestad. Para entenderlos es imprescindible una lectura pausada pues cada línea del diálogo contiene más información de la que, en principio, cabría sospechar.

Las llamativas manifestaciones de odio hacia el contramaestre, así como la obsesión generalizada de que está predestinado a morir ahorcado, encierran sin duda algún mensaje.

 El término «boatswain» se compone de dos sílabas: la primera, la palabra «boat/s» (barco/s) y la segunda, «swain» o «wain», cuya pronunciación sería similar a la de «swine» (cerdo) o «wine» (vino). Ambas opciones nos acercan al personaje a quien Shakespeare dedica los crueles comentarios de Gonzalo, Sebastian y Antonio.

 El desalmado personaje al que Marlowe dedica el personaje de Itamar en el Judío de Malta, parece cobrar vida de nuevo en La Tempestad. «Boat-Swine» (el cerdo del barco), bien podría ser el apodo que Shakespeare dedica al contramaestre, oficial a las órdenes del arzobispo Whitgift, encargado de llevar el timón en la destrucción conocida como la Hoguera de los Obispos.  Sebastián se refiere al contramaestre como: «… vociferante perro blasfemo y desalmado», no sería muy coherente interpretar esta frase como un capricho del autor, pues el análisis de la obra de Shakespeare no revela insultos gratuitos.

 Los diálogos referidos a la horca de esta primera escena nos invitan a trasladarnos a Tyburn en 1594. El argumento de la balada compuesta tras la muerte de Richard Baines (ver apartado 4)  podría ser el referido cable (según cita Gonzalo en el diálogo anterior), que ayudaría a poner al descubierto la identidad de Shakespeare. 

 El despiadado y blasfemo libelo firmado por Richard Baines (que firma como Richard Bames), fue elaborado para difamar a Marlowe y es conocido como «la nota de Baines». 35 En dicha nota se enumeran dieciocho transgresiones de las normas vigentes que, según Baines, debemos atribuir a Marlowe. Todas suponen el descrédito de su autor, pues reflejan pensamientos, actos obscenos o anticlericales, o defienden ideas que contravienen las doctrinas impuestas. Tras la enumeración de estos conceptos, la nota añade a modo de colofón, algunas reflexiones. Destacamos por su trascendencia, la siguiente:

I think all men in Cristianity ought to indevor
that the mouth of so dangerous a member may be stopped …

 

Pienso que toda la cristiandad debería esforzarse
en que la voz de este miembro tan peligroso sea apagada…
 

 Se podría decir que, desde hace tres siglos, el discurso de los representantes de la ortodoxia, cimentado con la complicidad de una mayoría silenciosa, parece seguir la recomendación de este desalmado personaje, autor confeso de intentar causar una masacre.

BOATSWAIN
Lay her a-hold, a-hold! 
set her two courses off to
sea again; lay her off.
Enter mariners wet 36
MARINERS
All lost! to prayers, to prayers! all lost!
Exit
BOATSWAIN
What, must our mouths be cold?
.
.
CONTRAMAESTRE
¡Calladla, calladla! ¡Dirigid sus dos vertientes mar adentro! 
¡Abandonadla!
Entran los embobados 36  marineros,
MARINEROS
¡Todo se ha perdido! ¡Recemos, recemos!
Salen
CONTRAMAESTRE
¡Qué! ¿Deben nuestras bocas quedar frías?

 Estas palabras en boca del «Boat–swine» parecen guardar relación con la mostrada reflexión extraída de la nota. Nótese la semejanza entre las palabras «wain» y «Baines»; su pronunciación las asemeja aún más.

«Lay her a-hold, a-hold! set her two courses off to sea again; lay her off.»

¡Calladla, calladla! ¡Dirigid sus dos vertientes mar adentro! ¡Abandonadla!

 La intención que esconden estas expresiones, más que instrucciones a la marinería para que maniobren la embarcación,  parece ir dirigida a callar la lengua del propio Marlowe donde «sus dos vertientes» (her two courses)  revela una insinuación a la doble lectura que encierran sus obras.

 Los marineros en La Tempestad, entran en escena, formulan una frase y salen. La puesta en escena señala «wet mariners»; esta palabra «wet», además de su acepción habitual, «mojado/s», también es sinónimo de «embobados o faltos de carácter»; este es su discurso:

¡Todo se ha perdido! ¡Recemos, recemos! ¡Todo se ha perdido!

 Esta insólita manera de presentar a la tripulación mientras su barco atraviesa un temporal, más parece una sutil invitación a imaginar un grupo de pasmados sacerdotes contemplando la destrucción causada por la Hoguera de los Obispos, que a unos marineros enfrentándose a una tempestad.

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NOTAS

29. Tras la aparición del infierno (véase apartado 5), el ángel malo dice a Fausto: «Then wilt thou tumble in confusion» (Serás derrocado en la confusión). Es ahora, en la primera escena de La Tempestad, donde Próspero pregunta a Ariel: Who was so firm, so constant, that this coil would not infect his reason? (¿Hubo alguien que impávido ante esta confusión pudiera mantener la cordura?); de esta manera el autor aporta un indicio más para que asociemos ambas escenas.
 
30. El «Main-course» o corriente principal es el calificativo con que aún hoy en día los estudiosos de la autoría de Shakespeare se refieren a la propuesta stratfordiana.
 
31. De las docenas de ejemplos donde se cita esta «plaga» en su doble semántica, muestro este ejemplo que encontramos en la versión de Otelo del First Folio:
 

Othelo (3,3, 274-281)

OTHELO
… I had rather be a toad,
and live upon the vapor of a dungeon,
than keep a corner in a thing I love,
for other’s uses. Yet tis the plague of great ones;
prerogatived are they less than the base.
‘Tis destiny, unshunnable, like death,
even then this forked plague is fated to us
when we do quicken.
 
OTELO
… Fuera yo entonces un sapo alimentado
de la humedad de un calabozo que guardar
para usos ajenos un rincón de aquello que amo.
Empero es el castigo de los grandes; tienen menos
prerrogativas que las gentes bajas. Infamia es esta de 
hombres célebres que nunca al humilde infecta
y es su inevitable destino; como la muerte misma.
Desde el instante mismo en que venimos al mundo,
esta plaga con tridente se nos cierne incluso 
cuando resucitamos.
 
 En esta escena Otelo, engañado por Yago, sospecha que Desdémona le es infiel. Su autor aprovecha para obsequiarnos con este genial ejemplo de polisemia.
 

 32. Como es, hasta cierto punto, comprensible, las traducciones al español de Shakespeare y Marlowe, cuando tienen que elegir entre varias acepciones de palabras o frases que aceptan varios significados, se decantan por la menos comprometida, aquella que desde hace siglos vienen intentando imponer los que dictan la norma en el tema de la autoría de Shakespeare. Además de la polisemia de «plaga» y «oficio», en la expresión «the weather of our office», el término weather no guarda relación con la meteorología; parece mucho más adecuada su traducción con otra de sus acepciones, aquella que es sinónimo de «desgastar».

33. La liturgia de las horas, llamada también “oficio divino” o simplemente “oficio” (en inglés “office”), es el conjunto de oraciones oficiales de las iglesia católica, ortodoxa y anglicana. 

34. Esta cita: We are merely cheated of our lives by drunkards, (¡Y pensar que nos roban la vida estos borrachos!) está probablemente relacionada con la palabra «Boats-wain»; la pronunciación de esta segunda sílaba es igual a la de «wine» : «vino».

35. Se adjunta la «Nota de Baines» en el  apéndice C .

36. El término «wet», además de húmedo, se puede traducir como bobalicón o falto de carácter. Esta segunda acepción nos permite comprender la insólita función que cumplen estos «marineros».

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Un comentario en “6.2.7 Una tempestad con fuego y sin viento”

  1. Ojalá te conviertas en la página en español de referencia de la Teoría Marlowe y vayan saliendo nuevos hallazgos. Calvin Hoffman escribió artículos y diferentes obras sobre esta temática, la más famosa: «The Murder of the Man Who Was Shakespeare» (1955) hay sí hay muchísimos paralelismos que habría que investigar como pasajes de la vida de Marlowe. Además ​ J. M Robertson buscó pruebas del ingenio de Marlowe en Romeo y Julieta, La comedia de las equivocaciones, Julio Cesar,o en Ricardo III .

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