.
2.5 LA PUBLICACIÓN DE LOS SONETOS
Aparte de la presentación del First Folio de 1623 y las apariciones de las diversas obras que lo componen en formato in quarto, merece ser destacada la publicación en 1609 de Los Sonetos de Shake-Speare. El encargado de su puesta en circulación fue el editor Thomas Thorpe. Esta edición contenía ciento cincuenta y cuatro sonetos en los que, a diferencia del resto de su obra, el autor se manifiesta de manera muy íntima y sentida.
La publicación incluía una compleja dedicatoria sobre la que, a día de hoy, no existe acuerdo respecto a su significado o sobre la identidad de Mr. W.H. a quien estos versos van dedicados.
Isabel Gortázar 10 ha realizado uno de los mejores trabajos de investigación sobre esta dedicatoria. Este enlace nos remite a su artículo.
Resulta significativo constatar que, pese a tratarse de una publicación realizada en vida de William Shakspere de Stratford, la firma del autor no figura en ella. Según apuntan la mayoría de sus biógrafos, el hecho de no contener la autorización expresa del autor estaría evidenciando que se trata de una edición ilegal. Si esto es así, y si Shakspere fuera el autor, debería sorprendernos que no demandara al editor de los sonetos por ello. Sabemos, por ejemplo, que Shakspere demandó judicialmente a un tal John Clayton en 1600 por un préstamo no devuelto de siete libras, reclamación minúscula comparada con lo que hubiera podido demandar por la publicación no autorizada de sus sonetos.
Destacamos la siguiente frase de la dedicatoria:
Recordar la inmortalidad del autor no tendría sentido si la dedicatoria se dirigiese al candidato de Stratford, que aún viviría siete años más después de dicha publicación.
En 1640 John Benson publicó la segunda edición de los sonetos.
Esta edición contiene un grabado de William Marshall que está inspirado en el grabado de Martin Droeshout del First Folio.
El grabado de esta edición presenta una imagen inversa de la perspectiva que muestra Droeshout. El hombro y brazo derechos están cubiertos por una capa. La mano izquierda enguantada está agarrando lo que parece una rama de mirto. El bigote naciente en el otro grabado está aquí crecido. Los problemas de simetría, perspectiva y tamaño vuelven a ser patentes. La cabeza sigue siendo desproporcionadamente grande con respecto al cuerpo y está separada de este por un volante imposible que podría simbolizar un escudo de armas. Además, detrás de la cabeza del grabado surge ahora una sombra brillante muy evidente.
El texto de la dedicatoria es el siguiente:
I.B.
.
El lenguaje simbólico contenido en este mensaje se aleja del tono sutil y velado que hemos encontrado en las dedicatorias y en el grabado del First Folio para llamar clara y abiertamente nuestra atención. La figura, que aquí esconde su brazo derecho, el que debía portar la pluma, muestra el izquierdo y su mano enguantada, como si quisiera mostrar que se trata de una persona refinada, tal vez de un gentil hombre (gent), con la que parece apoderarse de una rama que evidentemente no le pertenece. El espacio brillante detrás de la cabeza no tiene ningún sentido salvo el de remarcar que algo o alguien se esconde detrás del rostro grabado.
No parece lógico atribuir todos estos errores de simetría, perspectiva, tamaño, diseño, etc., que tan claramente se repiten en ambos grabados, a la casualidad. Si observamos los grabados con detenimiento queda patente que las importantes anomalías que reflejan las obras de ambos artistas, Martin Droeshout y William Marshall, están llamando nuestra atención al tiempo que aportan información. Los editores y financiadores de estas dos publicaciones participaron, con toda probabilidad, en el diseño y transmisión de los reveladores grabados.
¿Esta sombra se ha renombrado Shakespeare?
Por si no nos habíamos percatado de la sombra del grabado, el autor de la dedicatoria nos pregunta si la sombra ha cambiado su nombre por el de Shakespeare, lo mismo hace con el resto de los calificativos:
¿Alma del año? ¿Aplauso? ¿Delicia? …
Estos son los mismos elogios que Ben Jonson utilizó en la dedicatoria del First Folio a los que el signo de interrogación ahora parece transformar en parodia de aquellos.
El propio nombre del editor de la obra John Benson es una inversión del de Ben Jonson.
Si nos detenemos a observar la rama que la mano enguantada sujeta con fuerza, por la forma y el tamaño de las hojas y las características bayas redondeadas, aventuramos que se trata probablemente de una rama de mirto.
En la simbología atribuida a las plantas del mirto que encontramos en los textos clásicos destacamos el siguiente párrafo del libro tercero de La Eneida de Virgilio:
.
Según la mitología griega, Polidoro fue hijo de Príamo, rey de Troya, y de su esposa, Hécuba. Al iniciarse la guerra de Troya fue enviado por sus padres a Tracia con su hermana Ilona, que estaba casada con el rey Poliméstor; de esta manera se libraría de la guerra. Ilona crió a Polidoro como si fuera hijo suyo y en cambio, a su auténtico hijo Deípilo lo crió como si fuera su hermano.
Tras conquistar Troya, los Aqueos prometieron a Poliméstor que se casaría con Electra hija de Agamenón pero para ello debía matar a Polidoro; de esa manera se extinguiría el linaje de Príamo. Poliméstor mató a Deípilo creyendo que mataba a Polidoro.
Trasladando la historia de Polidoro a la autoría de la obra de Shakespeare y atendiendo al mensaje contenido en el grabado que ilustra esta edición de poemas de 1640, tanto el grabador como los editores de la obra, nos están advirtiendo de forma muy evidente sobre una confusión de identidades.
No es mi pretensión dar por hecho que esta sea la única lectura posible del significado de la rama en el grabado de William Marshall, lo que si me atrevo a asegurar es que no hay nada casual en la simbología que el grabado muestra. A falta de una explicación más plausible, la que aquí se expone bien puede ser tenida en cuenta.
Esta edición de poemas de 1640 incluye, además del mensaje al lector por parte de John Benson, una dedicatoria de Leonard Digges y la dedicatoria que reproducimos a continuación, firmada por John Warren:
.
On Mr. William Shakspeare
Sobre Mr. William Shakespeare
Para analizar este poema de Warren intentaremos averiguar previamente quienes son los tres personajes que menciona: Virbio, Momo y Davo.
Virbio
Según señalan algunas fuentes, Hipólito despreció a Afrodita para hacerse devoto de Artemisa y llevar una vida de castidad y dedicación a la caza. En represalia, Afrodita hizo que Fedra se enamorara de él. El rechazo de Hipólito a Fedra le condujo a la muerte tras caer de un carro.
Esta historia generó que se rindiera culto a Hipólito de forma asociada al de Afrodita. Según este culto, en honor a la castidad que Hipólito había demostrado hacia su persona, Artemisa pidió a Asclepio que le resucitara. Tras su resurrección fue trasladado a Italia donde reinó con el nombre de Virbio.
El nombre de Virbio significa «hombre dos veces»: vir- (hombre) y -bis (dos), en alusión a la resurrección del héroe.
Momo
Momus fue en la mitología griega la personificación del sarcasmo, las burlas y la agudeza irónica. Era el dios de los escritores y poetas, un espíritu inculpador y malintencionado fomentador de la crítica injusta.
Debido a sus constantes críticas, fue exiliado del Monte Olimpo.
Davo
El Davo al que se refiere Warren podría estar extraído del personaje central de la comedia de Terencio La Andriana. Davo era esclavo de Simón y secretario del hijo de éste, Pánfilo. Simón pretende casar a su hijo con Filomena, la hija de su amigo Cremes. Sin embargo Pánfilo está enamorado de Crisis, una bella mujer extranjera a la que su padre no considera digna de su hijo. Simón encarga a Davo que convenza a Pánfilo de lo conveniente de su boda con Filomena. Por su parte, Davo se compromete con Pánfilo a demorar dicha boda. Davo idea un plan para evitar desagradar tanto al padre como al hijo. El devenir de los acontecimientos deja en evidencia a Davo cuyas argucias terminan produciendo resultados opuestos a los previstos. Davo acaba cayendo en la trampa que él mismo ha tejido y se gana con ello la enemistad de Simón y Pánfilo.
Warren, usando un lenguaje claro y sin apenas utilizar recursos para disfrazar el mensaje, nos está informando que Shakespeare, al igual que Virbio, ha vivido dos vidas. También nos descubre que él es uno de los conocedores del paso del autor por el desierto (más que probable alusión al exilio) y añade que los poemas que este elogio prologa, pertenecen a la nueva vida del autor con su nuevo nombre, que es el que da la fama en la tierra.
Los personajes Momus y Davus representan a los mal intencionados y a los ignorantes cuyos ladridos no consiguen confundir el juicio certero de los que saben discernir y reconocen el valor y el arte del verdadero poeta, entre los cuales se encuentra el propio Warren.
.
NOTAS
10: Isabel Gortázar, activa investigadora fallecida en 2013, autora de decenas de esclarecedores artículos con los que ha contribuido a la resolución del problema de la autoría de Shakespeare.
.
.
¿Por qué en 1640 si los editores sospechaban de la no autoría de Shakespeare no lo dijeron abiertamente cuando su gloria aún no se había expandido tanto y podían quedar pruebas contundentes de la autoría de Marlowe?.
Para responder a esa pregunta habría que analizar el entorno histórico. En la Inglaterra de 1642 todos los teatros fueron cerrados y desmantelados. En 1660 se volverían a permitir las funciones teatrales, por fin las mujeres iban a poder subirse a los escenarios. Durante todo el siglo XVII la persecución ideológica siguió siendo una innegable realidad. Corrían tiempos difíciles para los defensores de la verdad.
¿Se podrían encontrar pruebas del exilio de Marlowe por ejemplo en Italia?,quizá Marlowe sabiendo su situación dejó pruebas para la posteridad. ¿No se dice que en el siglo XIX un cónsul británico en Padua reconoció haber leído en cartas hoy perdidas «de la época isabelina» en donde se afirmaba que Marlowe vivió en Padua hasta su muerte en 1627?sería un lugar por donde empezar. Esto haría más plausible toda la historia incluso a los academicistas más reacios.
Mientras las evidencias que presentan a Marlowe como autor, o la innegable doble semántica característica de la obra de Shakespeare, plagada de connotaciones biográficas, se ocultan sistemáticamente, las que sostienen al candidato presentado por la historia como Shakespeare se desmoronan ante un simple análisis.
A día de hoy, los portavoces stratfordianos siguen sosteniendo que no han encontrado ningún motivo para dudar sobre su defendido y los textos de literatura que se imparten en la mayoría de colegios y universidades del mundo entero siguen divulgando que Shakespeare nació en Stratford en abril de 1564.
El día que el colectivo universitario tome conciencia del fraude de la autoría o que filólogos e historiadores del mundo entero decidan dejar de secundar el dogma stratfordiano, el día en que por fin se aborde el asunto de forma académica, ese día, estoy convencido de ello, no faltarán evidencias para constatar que William Shakespeare fue el seudónimo adoptado por Christopher Marlowe para que su obra escrita en el exilio pudiera ser publicada.
Cuando pienso que el famoso monólogo del «To be or not to be» de Hamlet puede ser del propio Marlowe,hablando pleno de su propio destino, se me cierra el estómago y se me añurga el pecho del impacto.
Qué impulsivo.