6.2.2 El doble argumento de Doctor Fausto

 

 

 

 

 

6.2.2 El Doble Argumento de Doctor Fausto

 Hoy en día se acepta como un hecho probado que el personaje en que se basa Doctor Fausto fue una persona real que vivió en Alemania y murió hacia 1540. Se dispone de documentos universitarios, cartas y diarios que acreditan que Johann Georg Faust era un alquimista que había recorrido mundo y que tenía un gran bagaje cultural. Este Fausto real, que se ganaba la vida haciendo predicciones y encantamientos, se refería al diablo como su «amigote» y, según cita alguna fuente, practicaba la necromancia.

 El Faustbuch de Spies es el fruto de una recopilación de textos sobre el célebre doctor conjurador. Tanto su exposición en tercera persona, como las repetidas advertencias del narrador sobre los peligros de adentrarse en temas mágicos, nos confirma que estamos aún ante un producto propio de la contrarreforma alemana. Su carácter ejemplarizante coarta la creatividad de su autor y desaprovecha el interés que para el lector de la época suscitaba la lectura de temas mágicos o metafísicos. Las iniciativas del doctor Fausto parecen vigiladas y su condena diríase que está decidida de antemano. La encorsetada prosa de sus líneas genera distanciamiento con el lector y limita sus probabilidades de deleite con las audacias del hechicero.

 La puesta en escena de la versión de la obra escrita por Marlowe es completamente novedosa. El doctor Fausto se presenta en primera persona y desde el comienzo de su lectura percibimos que es el propio autor quien se dirige al lector a través del discurso de su protagonista.

 Fausto es un brillante estudiante universitario que, pese a haber obtenido el doctorado en teología, posee un espíritu inconformista e innovador que le inclina a aborrecer los preceptos que abundan en esta doctrina. Su titulación como teólogo le servirá para guardar las apariencias mientras busca la excelencia en materias más provechosas. El dominio de la lógica y el arte del buen debatir son logros que él ya alcanzado. Las leyes, por su lado, están demasiado supeditadas al terreno de lo servil y lo mundano.

 En cuanto a la medicina, estas son las reflexiones de Fausto: Escena I,  texto B:

The end of physic is our body’s health.
Why, Faustus, hast thou not attain’d that end?
Are not thy bills hung up as monuments, 
whereby whole cities have escap’d the plague,
and thousand desperate maladies been cur’d?
Yet art thou still but Faustus, and a man. 
Couldst thou make men to live eternally,
or, being dead, raise life again,
then this profession were to be esteem’d. 
 
El fin de la medicina es la salud de nuestro cuerpo.
Pero, Fausto, ¿no has alcanzado ya ese fin?
¿No ves colgadas tus recetas como si monumentos fueran,
que gracias a ellas, ciudades enteras se han salvado de la plaga,
y mil graves males han sido curados?
A pesar de ello no eres más que Fausto, un hombre. 
¿Harías que el hombre viviera eternamente? 
¿O una vez muerto, devolverle la vida
Entonces esta profesión sería de estimar.  
.

 Cuando intentamos comprender el significado de estas palabras intuimos que las recetas no son tales, que los monumentos son sólo metáforas y que la plaga alberga más de un significado.

 Como volveremos a encontrar más adelante (ver 6.2.7), entre los autores, intelectuales y, probablemente, parte del pueblo llano, la expresión «the plague» no servía únicamente para referirse a la peste, enfermedad que causaba estragos en la Europa del momento. Cuando lo que se pretendía era aludir a las prácticas inquisitorias que capitaneaba la jerarquía eclesiástica en connivencia con los agentes del gobierno, el uso de esta palabra evitaba una expresión demasiado explícita y sus peligrosas consecuencias. De los agentes del mundo literario, dramaturgos, poetas, impresores y editores, fueron pocos los que se libraron de la persecución, la tortura, la prisión o incluso la pena capital. Ninguno de ellos se libró de sufrir directa o indirectamente los efectos de la despiadada censura.

 Cuando Fausto habla de recetas, monumentos y ciudades que se salvan de la plaga, Marlowe está aludiendo a ese cuarto poder en el que se estaba convirtiendo el teatro, donde las recetas están contenidas en sus obras que contribuyen a crear una conciencia colectiva que se contrapone al miedo, la inacción y la ignorancia promovidos por los estamentos oficiales.

 Fausto manifiesta en sus elucubraciones, que un arte que sea capaz de devolver a un muerto a la vida, o sirva para proporcionar la vida eterna, sí es una profesión digna de estima. Este parece ser el objetivo principal del hechizo que, en efecto, se consuma en la obra de Marlowe. Esta resurrección simbólica quedará consolidada veinticuatro años después con la aparición La Tempestad. El sortilegio que se produce al conectar ambas obras debería servir, si la historia no lo ha hecho antes, para sentar un veredicto sobre su autoría o, lo que es lo mismo, para devolver la vida al autor que murió, según la historia, en mayo de 1593.

 Volviendo a la descripción que Fausto hace de sí mismo, sus ansias de poder y conocimiento le incitan a buscar en otros campos. La metafísica de la magia y la nigromancia, no sólo le parecen atractivas sino que su práctica le permitirá el acceso a increíbles deleites y extraordinarios poderes que podrían equipararle a un semidiós.

These metaphysics of magicians,
and necromantic books are heavenly;
lines, circles, scenes, letters, and characters;
………….
All things that move between the quiet poles
shall be at my command: emperors and kings 
are but obeyed in their several provinces,
nor can they raise the wind, or rend the clouds;10
but his dominion that exceeds in this,
stretcheth as far as doth the mind of man;
a sound magician is a demigod:
here tire, my brains, to gain a deity. 
.
 Aquestas metafísicas de magos
y libros nigrománticos son celestiales.
Líneas, círculos, escenas, letras y personajes; 
……..
…Todo lo que se mueve entre los quedos polos
quedará a mis órdenes. Emperadores y Reyes 
sólo en sus provincias son acatados
no pueden invocar al viento, ni hender las nubes,
10
mas aquel que en este dominio descolle,
alcanza tanto cual la mente humana;
un buen mago es un semidiós: 
en ello exprima mi intelecto para alcanzar la deidad.

.

 Tanto el Faustbuch de Spies como el EFB dedican su segundo capítulo a describir como, mediante el uso de «Vocabula, Figures, Characters y Conjuractions» (palabras, figuras, caracteres y conjuros), su protagonista comienza a practicar sus artes de conjurador. Ambas versiones del Doctor Faustus de Marlowe sustituyen estos términos por «Lines, Circles, Scenes, Letters, and Characters» (líneas, círculos, escenas, letras y personajes). La palabra «characters» tiene dos acepciones principales, una es sinónimo de símbolos, mientras que la otra lo es de «personajes». Cuando el autor añade «letters» (letras), que es ya uno de los sinónimos de «characters», parece querer indicarnos que no es esta la acepción que debemos asignar a este último término; con la incorporación del elemento «scenes» (escenas) las intenciones de Marlowe, así como la lectura que debemos aplicar a «characters», resultan ahora obvias.11

 Marlowe, con el uso continuado de la doble semántica, nos está informando que el instrumento mágico, que valiéndose del uso de estos símbolos gráficos proporciona extraordinarios poderes a su portador, no es otro que la pluma. En otras palabras, el análisis de Doctor Fausto pone de manifiesto que, de forma simultánea a la acción que se desarrolla en un primer plano, en un nivel más profundo, el propio autor, haciendo partícipe al lector, cuenta otra historia donde él es el protagonista.

 La obra de Marlowe, así como la firmada por Shakespeare, lleva siglos siendo minuciosamente analizada. No parece razonable pensar que detalles tan significativos como los aquí mencionados puedan escapar al escrutinio profesional. En cualquier caso, entre las decenas de publicaciones consultadas para la realización de este análisis, no he conseguido encontrar una sola que recoja esta evidencia o que profundice en la doble semántica que transmite La Historia del Doctor Fausto de Marlowe.

 Al indicar que los gobernantes y reyes no pueden invocar al viento, Marlowe parece estar compartiendo sus planes con el lector. Llegados a este punto, no es difícil reparar en que esta frase conecta Doctor Fausto con La Tempestad, cuya composición podría estar ya en la mente del autor.

I’ll have them wall all Germany with brass,
and make swift Rhine circle fair Wertemberg.

Haré que construyan un muro de latón alrededor de Alemania
y que el veloz Rin rodee la bella 
Wertemberg.

 Un muro de latón podría, en un símil poético, simbolizar el mar. Cambridge, la bella ciudad inglesa donde Marlowe cursó sus estudios durante siete años, debe su nombre a los términos: «bridge» (puente) y Cam, nombre del río que bordea la ciudad y su campus universitario. El Rin, sin embargo, circula a unos 400 kilómetros de Wittemberg. La intención velada que se adivina tras estas líneas es la de hacernos entender que Witemberg (o Wertemberg, tal como figura en el texto A) es, en Doctor Fausto Cambridge, y una Alemania rodeada por el mar estaría evocando a las Islas Británicas. A partir de esta presunción es fácil comprender el resto: Doctor Fausto es un mago alemán en una lectura de la obra mientras que en la otra, la más trascendente, es el propio Kit Marlowe quien se dirige a nosotros.

 De forma similar a la historia de Fausto, la formación universitaria de Marlowe estaba encaminada a su formación como teólogo. Marlowe era un alumno excepcional que se podía permitir el compaginar los estudios académicos con la práctica del espionaje internacional en beneficio de su gobierno. Su avidez de conocimiento le había llevado a un profundo estudio de la literatura y filosofías grecorromanas. Toda la obra de Marlowe, con la excepción de La Masacre de París, alude reiteradamente a los términos: Naturaleza y Fortuna. El estoicismo fue durante siglos la filosofía con mayor influencia en el mundo grecorromano. Este movimiento propone que el «bien máximo» summum bonum se alcanza viviendo conforme a la Naturaleza, término que la filosofía estoica identifica con la divinidad; la virtud y la razón son los medios que proporcionan al filósofo la sabiduría que le permite liberarse de los condicionamientos y temores al azar (Fortuna). 

 En el canon de Shakespeare, los términos Naturaleza y Fortuna aparecen en proporción similar a la que encontramos en el de Marlowe. El diálogo entre Celia y Rosalind, que da comienzo a la segunda escena de As You Like It (Como Gustéis), es una magnífica muestra del significado que estas palabras tenían para su autor. La doctrina promulgada por las Iglesias Cristianas, junto a la sinrazón de sus dogmas, chocaba con la filosofía de aquellos que habían optado por el cultivo de la razón. Kit era integrante de la llamada: «Escuela de la Noche», pequeña academia fundada por Walter Raleigh y Henry Percy, noveno conde de Numberland, el cual, por su pasión por la lectura y la experimentación adquirió el sobrenombre de «el conde mago». La Escuela de la Noche sirvió como centro de reunión intelectual donde se debatía sobre ciencia, magia, literatura, poesía, filosofía, religión y ateísmo, viajes, descubrimientos y estrategias para luchar contra la plaga. Entre sus integrantes cabe destacar a algunas de las mentes más privilegiadas del momento como: Thomas Harriot, Walter Warner y Robert Hues, conocidos como «los tres magos». 

 Marlowe era, además, el líder indiscutible en la escena dramática inglesa, donde gozaba de la admiración de casi todos y del recelo de unos cuantos.

 El personaje encarnado por el doctor Fausto, tal como lo describe el Faustbuch, difícilmente podría ser más atractivo para nuestro autor. Doctor Fausto nos descubre que su protagonista es, al igual que Próspero, el alter ego de su autor.

 Cornelio y Valdés (a éste último Marlowe le añade la coletilla de «el alemán»), son sus dos amigos expertos en el campo de la magia que se encargarán de iniciar al osado estudiante en esta disciplina.

VALDES
… so shall the spirits of every element
be always serviceable to us three.
.
VALDÉS
… así, el espíritu de cada elemento
estará siempre  a nuestro servicio.

El apellido Valdés, de origen español, podría ser el apodo que Marlowe asigna a su amigo y compañero en la Escuela de la Noche, Walter Warner, cuyo apellido es de procedencia alemana. En 1646 se publicaron los trabajos de Warner en el campo de la óptica, geometría y teoría atómica de la materia bajo el título: Universae geometriae.

El otro mago, Cornelio, parece estar basado en Thomas Harriot:

CORNELIUS
… He that is grounded in astrology,
enrich’d with tongues, well seen in minerals, 
hath all the principles magic doth require:
.
CORNELIO
… El que posea conocimientos en astrología,
se haya enriquecido con idiomas, y esté versado en minerales, 
atesora todos los principios que requiere la magia.
.

 Harriot está considerado como el más importante astrónomo y matemático inglés anterior a Isaac Newton. Entre sus aportaciones cabe destacar el trazado de rutas para la navegación transoceánica y el diseño de sus famosos mapas lunares apoyados en la observación telescópica. Harriot, además, fue experto en lingüística y en su expedición al nuevo mundo en los años 1585-86 visitó la isla Roanoke frente a Carolina del Norte donde se dedicó a aprender la lengua de las tribus algonquinas. Su relato sobre este viaje: A Briefe and True Report of the New Found Land of Virginia, contiene detallada información sobre el aprovechamiento de los recursos minerales del Nuevo Mundo.

 Gracias a la ayuda de los libros y los consejos de sus amigos, Fausto consigue invocar a Mefistófeles, enviado de Lucifer, con quien pactará la venta de su alma a cambio de veinticuatro años de gozo y poder ilimitados.

 La puesta en escena de Marlowe consigue el difícil equilibrio que supone una presentación perfectamente aceptable desde el punto de vista teológico, al tiempo que exhibe un coherente discurso. Fausto comparte con el público sus razonamientos y disquisiciones. Este novedoso tratamiento atrae al espectador renacentista, que acude en masa a las representaciones de su obra. El Doctor Fausto fue un clamoroso éxito 12 que aún seguía llenando teatros años después de iniciada la cruzada contra la reputación de su autor.

 La obra se introduce con un coro que ejerce como observador políticamente correcto y que presagia un funesto final para el ansia de poder y conocimiento con que se describe a Fausto. Estas cualidades se anuncian pero no encuentran reflejo en el texto que, por el contrario, descubre a un mesurado Fausto que, tras haber conseguido los anhelados poderes extraordinarios, mantiene en todo momento un discurso razonable aunque exento de hipocresía. Marlowe recurre a dos personajes propios del medievo, el ángel bueno y el ángel malo, que actuarán como conciencia de Fausto. Ellos aportan el tono moralmente exigible en aquel momento histórico y permiten al autor presentar a Fausto como un personaje humanista prototípico del Renacimiento, como demuestra su interés por las culturas clásicas y por el universo que le rodea, mientras que su rol como mago librepensador promociona al hombre en detrimento del teocentrismo reinante.

 Este discurso descubre a un personaje, alter ego de su autor, mucho más altruista de lo que presagia el coro. El poder que la magia entrega a Fausto sirve a Marlowe de cauce para contarnos su verdad al tiempo que la oculta a los ojos de la censura. Esta historia, como casi todo el canon de Marlowe, contiene más lecturas de las que nos cuentan la mayoría de sus analistas. Por los escenarios creados en sus obras transitan muchas de las personas que formaron parte de su entorno.

 Fausto utiliza sus recién adquiridos poderes para intentar desentrañar la composición del cosmos y los secretos de la naturaleza. El intrépido estudiante comparte estas facultades con amigos, reyes y emperadores a los que invita a disfrutar junto a él, convirtiendo con su magia los deseos de aquellos en realidad. Viaja por Francia y por Italia y detiene su visita en Roma donde, además de admirar la belleza de sus espléndidas construcciones, decide participar junto al Papa en las fiestas de San Pedro. Aprovechando su invisibilidad, tras confirmar que Bruno,13 a quien define como el antipapa, es condenado a morir en la hoguera, abofetea al Papa y coloca cuernos al cardenal Benvolio.14

 Cuando se acerca el momento de entregar su alma a Lucifer, Fausto pide a su sirviente, Mefistófeles, que le conceda tener por amada a la celestial Helena:

Doctor Fausto. Escena XIV

   FAUSTUS
One thing, good servant, let me crave of thee, 
to glut the longing of my heart’s desire,
that I may have unto my paramour
that heavenly Helen which I saw of late, 
whose sweet embraces may extinguish clean 
those thoughts that do dissuade me from my vow,
and keep my oath I made to Lucifer. 
MEPHIST
This, or what else my Faustus shall desire, 
shall be perform’d in twinkling of an eye. 
(Re-enter HELEN, passing over the stage between two Cupids.)
FAUSTUS
Was this the face that launch’d a thousand ships,15
and burnt the topless towers of Ilium?
Sweet Helen, make me immortal with a kiss (Kisses her)
her lips suck forth my soul: see, where it flies!
come, Helen, come, give me my soul again.
Here will I dwell, for heaven is in these lips,
and all is dross that is not Helena.
.
.
 FAUSTUS
Una cosa, buen sirviente, que ansío pediros,
para satisfacer los anhelos que asolan mi corazón,
que pueda poseer como amante
a la celestial Helena a quien vi no a mucho 
cuyos dulces abrazos pueden extinguir del todo
estos pensamientos que me disuaden de mi juramento,
y cumpliré mi palabra con Lucifer.
MEFISTÓFELES
esto, o todo lo que deseéis se hará en el parpadeo de un ojo.
(Vuelve a entrar Helena escoltada por dos Cupidos)
 FAUSTUS
¿Fue esta la faz que fletó mil navíos,15
por la que ardieron las altas torres de Ilión?
Dulce Helena, hazme inmortal con un beso. (La besa)
sus labios sorben mi alma: ¡mira como vuela!
ven, Helena, ven, devuélveme mi alma.
Aquí residiré, puesto que el cielo está en estos labios
y es escoria todo lo que no es Helena.
.

Poco después de pronunciar estas palabras, acontece la escena final en la que Fausto se reúne con tres estudiantes:

FAUSTUS
Though my heart pant and quiver to remember
that I have been a student here these thirty years, 
O, would I had never seen Wittenberg, never read book!
.
FAUSTO
Aunque mi corazón jadee y tiemble pensando que he sido 
estudiante aquí estos treinta años, ojalá nunca hubiera visto
Wittemberg, ¡ojalá nunca hubiera leído un libro!
.

Estas son las últimas palabras que Fausto pronuncia antes de la aparición del coro que pone fin a la obra:

FAUSTUS
I’ll burn my books! O Mephistophilis! 
.
 FAUSTO
¡Quemaré mis libros! ¡Ah Mefistófeles!
.
  El paralelismo entre esta frase y la que Próspero emplea en La Tempestad para anunciar que abandona la magia: «I’ll break my staff …I’ll drown my book» (romperé mi vara … sumergiré mi libro) es elocuente.
 La rígida moral impuesta por la Iglesia no habría permitido que Fausto, tras sustituir los loables estudios de teología por la perniciosa magia, saliera indemne. Si su autor pretendía llevar esta historia a los teatros, su protagonista debería morir de forma cruel y ejemplarizante.

  Marlowe ya había conseguido librarse de la tortura que el destino pareció haberle deparado en el pasado. ¿Sería este «puro ingenio esencial» (tal como Thomas Thorpe, editor de los Shake-speare’s Sonnets, describe a Marlowe)16 capaz  también de salvar a Fausto de la muerte?

 Para comprender la genialidad de Kit Marlowe debemos trasladarnos a la Inglaterra de su época y a su represivo contexto. Cuando amalgamamos sus cualidades innatas, su ansia de conocimiento, los frutos adquiridos en sus años de dedicación al servicio secreto de su país y el descarnado entrenamiento al que su rol en la vanguardia de la intelectualidad le había conducido, podemos empezar a intuir el modus operandi al que se vio abocado. Con la fuerza de su pluma, la sutileza de su discurso y el inigualable uso de la polisemia, Marlowe grita desde el más allá que está vivo y, mientras se lamenta de su triste infortunio, nos deleita con la agudeza de su obra. Cuando le descubrimos entre líneas, todo empieza a encajar como pequeñas piezas de este gigantesco puzle: el legado de Christopher Marlowe, una de las maravillas de la historia de la literatura universal.

  En su magnífica obra Renaissance in Italy, J. Addington Symonds nos ofrece esta interpretación del significado de Fausto, que tanto puede servir como análisis de la obra de Marlowe, como del Fausto que Goethe crearía más de doscientos años después:

 Fausto es, por lo tanto, una parábola de los impotentes anhelos medievales, de su apasionada aspiración, el deseo de una afligida consciencia y la curiosidad encadenada por los estrechos límites de un conocimiento imperfecto y un dogmatismo irracional. La belleza indestructible del arte griego, del cual Helena era el emblema, se convirtió, con el descubrimiento de la poesía y la escultura clásicas, en la posesión de la modernidad. El medievalismo tomó a esta Helena por esposa, y su descendencia, el Euforión del drama de Goethe, es el espíritu del mundo moderno.17

.

NOTAS

10. La frase, «Nor can they raise the wind, or rend the clouds» (no pueden invocar al viento, ni hender las nubes), sólo figura en el texto A. Entre los motivos posibles para la supresión de esta línea cabe contemplar la intención del autor de no llamar la atención de los encargados de la censura.

11. En las ediciones posteriores a 1616 se suprime de esta serie de elementos la palabra «escenas». Ciertamente los otros cuatro símbolos ya parecen suficientemente explícitos; con la adicción de «escenas» la intención del autor resulta, tal vez, demasiado evidente.

12. De acuerdo con el diario de Philip Henslowe, en el lapso entre 1594 y 1597, la compañía «The Admiral’s Men» interpretó Doctor Fausto en veinticinco ocasiones.

 13. El personaje de Bruno, como gran parte de la obra de Marlowe, acepta dos lecturas; por un lado estaría representando a Victor IV, erigido por Federico Barbarroja (1122-1190) como Papa rival del oficial Alejandro III. Papa y anti-Papa se enfrentaron hasta que por fin Alejandro III consiguió subyugar al Emperador. Éste fue ordenado inclinarse a los pies del Papa, quien colocó su pie sobre su cuello y citó a los salmos: “Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.” (91:13). El Emperador respondió que se inclinaba así no ante él, sino ante San Pedro, a lo que el Papa respondió “Ante mi y San Pedro” (Marlowe, Christopher, Doctor Faustus, ed. John. D. Jump, Methuen, London, 1965: p. 166.). Al mismo tiempo, el inconfundible nombre de Bruno, junto a la condena papal para que sea quemado vivo en la hoguera, revelan una evidente alusión a Giordano Bruno.

 14. El personaje Benvolio no se define en el reparto como cardenal; sin embargo, en la escena VII del texto B, Mefistófeles propone a Fausto colocar enormes cuernos sobre las cabezas de los cardenales: «Clap hughe horns upon the cardinals heads». Benvolio, cuyo nombre tiene parecido con el de Bellarmino, cardenal que se encargó de dirigir el juicio contra Giordano, es el único personaje al que Fausto coloca cuernos; a partir de este dato parece lógico entender que estos cuernos en su cabeza sirven para indicarnos que se trata de un cardenal.

 15. Una frase muy similar a la referida: «Was this the face that launch’d a thousand ships«, es elegida por Shakespeare para referirse, cómo no, a Helena:

 Troilus and Cressida (2,2, 77-83)
TROILUS
…he brought a Grecian queen, whose youth and freshness
wrinkles Apollo’s, and makes stale the morning.
Why keep we her? the Grecians keep our aunt:
is she worth keeping? why, she is a pearl,
whose price hath launch’d above a thousand ships,
And turn’d crown’d kings to merchants.
 
TROILO
…trajo una reina griega, cuya frescura y juventud
arruga a Apolo y avejenta la aurora.
¿Porqué la guardamos? ¿Porqué los griegos guardan a nuestra tía?
¿Vale la pena de ser guardada? Ciertamente, pues es una perla
cuyo precio ha hecho fletar más de mil navíos
y tornado coronados reyes en comerciantes.
 
16. La publicación de la traducción al inglés del Primer Libro de Lucano realizada por Marlowe, lleva en su  prólogo una críptica carta donde el editor, Thomas Thorpe se dirige a su colega Edward Blount, editor del First Folio. En este revelador texto leemos: «…Dedication in the memory of that pure Elementall wit, Chr. Marlow; whose ghoast or Genius is to be seene walke the Churchyard…». «…Dedicatoria en memoria de ese puro ingenio esencial, Chr, Marlow; cuyo fantasma o genio va a ser visto caminando por San Pablo…» Esta carta está fechada en el año 1600. En la escena III de La Historia del Doctor Fausto encontramos una mención al mismo evento que describe la carta de Thorpe: «My ghost be with the old philosophers». (texto B)
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17. J. Addington Symmonds, Renaissance in Italy , tomo II, página 54. London, 1921.
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2 opiniones en “6.2.2 El doble argumento de Doctor Fausto”

  1. ES curioso Fausto es claramente un trasunto del Marlowe juvenil recientemente salido de la Universidad con su título de Teología capaz de retar al Dios cristiano cambio de un inmortalidad terrenal. Sin embargo el Hamlet (que podría ser una revisitación del tema de Kyd),es coherente con un Marlowe adulto-Hamlet exiliado en Gran Bretaña de la «podrida» Dinamarca que duda en vengarse pero que al intentarlo destruye la vida de la gente que tiene a su alrededor.

  2. Además Marlowe comparte con SHAKESPEARE hasta al editor,porque Shakespeare ha descrito en su dedicatoria a un tal T. T. (supuestamente su editor, Thomas Thorpe​).

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